Antes de empezar prepararemos dos sobres de gelatina en la cantidad de agua que pide para un sólo sobre.
1º-Picamos con un mortero o en una trituradora unas 30 galletas.
2º-Derretimos unos segundos en el microondas media tarrina de mantequilla grande (sin que llegue a hervir).
3º-Preparamos un molde con papel de horno, si le ponéis por los bordes también, mejor.
4º-Mezclamos la mantequilla derretida con las galletas picadas, ponemos la mezcla en el molde y lo metemos al frigorífico.
5º- Lavamos unas 20 fresas (esto va al gusto de cada uno, cuantas más fresas más sabor a fresa), le quitamos las hojas, le quitamos cualquier trozo que se haya picado si las tenemos ya tiempo en el frigorífico, las partimos en trozos y las trituramos.
6º-Montamos un paquete de nata para montar (nata para postres).
7º-Le añadimos queso para untar (yo le he puesto una de las grandes), y batimos.
8º-Una vez que estén bien mezclados el queso de untar y la nata, le añadimos las fresas trituradas.
9º- Le añadimos la gelatina que ya teníamos preparada.
10º-Le ponemos un papel film por encima y la metemos una media hora al frigorífico (depende del frigorífico, tenemos que ver que no está muy aguada para que al echarlo en el molde no se salga).
11º-Ponemos en el molde encima del preparado de galletas y dejamos en el frigorífico al menos durante unas tres horas antes de servir.
Podemos decorarla si queremos con una gelatina de fresa, con un poco de mermelada en una gelatina neutra, con láminas de fresas e incluso con nata.
Siento no poneros el resultado pero no sé que ha pasado con la última foto que eché, sin embargo os puedo asegurar que está buenísima y que personas que no comen fruta así sí se la comen.
Espero que os guste y, si la hacéis, mandarme fotos y las pondremos aquí en la entrada de la receta.
